El 13 de agosto de 1978, Belgrano enfrentó a Valencia en un amistoso a cancha llena. La atracción fue Mario Kempes, que venía de brillar en el Mundial. La "B" quiere repetir ese marco este sábado ante Colón.
El último partido de la temporada para Belgrano viene
con desafío extra: llenar el Mario Kempes ante Colón, cuando puede confirmar su
boleto a la Copa Sudamericana por tercera vez en su historia. Llenar los
57 mil lugares disponibles desvela a los dirigentes del Pirata, ansiosos
por sumar una postal que se da muy de vez en cuando: la del Chateau
repleto.
Uno de los motivos de alarde del hincha de Belgrano es que los
celestes fueron los primeros en completar el máximo escenario cordobés, aunque
con su anterior aforo de casi 47 mil espectadores. Fue en el mismo año de su
inauguración, cuando aún estaba fresco el paso del Mundial por la capital
cordobesa. El 13 de agosto de 1978 los cordobeses vivieron una jornada que se
pareció mucho a un “bonus” extra: la visita del Valencia de España, con el
atractivo de la presencia de Mario Kempes, goleador de la Copa del Mundo.
“Lo tuvo todo, hasta el gol del Kempes”, fue el título que
le dedicó la revista El Gráfico (VER NOTA), que ofreció amplia cobertura al
encuentro, jugado en un marco impresionante, con tribunas colmadas, un hecho
que colmó de orgullo a los dirigentes celestes, que apostaron fuerte para traer
al conjunto español. Nobleza obliga: la presencia del “Matador” arrastró al
mundialista a hinchas de todos los colores.
La desaparecida revista Goles, que le otorgó su tapa al
encuentro, dio detalles “finos” acerca del negocio que se construía en base al
fenómeno Kempes. El empresario Ricardo Fuica, ex periodista deportivo
hincha recalcitrante de Racing, fue el encargado de edificar esta novedosa
iniciativa de producir espectáculos futbolísticos internacionales sin reposar
un vértice de los mismos en Buenos Aires.
Él lo explica así: "‘Le ofrecí el negocio a los
dirigentes de Racing y dudaron. Se perdieron, por lo menos, 10 mil millones de
pesos. Al Valencia, Belgrano le paga 110 mil dólares por el partido y, además,
el equipo cordobés se hace cargo de los gastos de estadía. Unos 300 millones
más, en mano, moneda nacional. Ahora faltan los partidos del Valencia en
Rosario y Mendoza. Después pienso traer al Juventus y al Sevilla, con el mismo
itinerario’”.
La “fiebre” por ver a Kempes, desbordó las boleterías. Se
recaudaron 224 millones de pesos, un equivalente a 269.069 dólares, que le dejó
a la dirigencia celeste una ganancia limpia de unos 140 mil dólares, una
fortuna para la época.
Pero Kempes no estaba solo. A su presencia se sumaba la
del mundialista volante alemán Rainer Bonhof y, además, la de un par de
esperados regresos al club de Alberdi: Bernardo Patricio Cos, que volvía a vestirse con la celeste después de seis años de
experiencia europea, y Mario Roberto Carballo, quien llegó a préstamo desde
Boca Juniors.
Belgrano tenía la necesidad de un impacto que le devolviera
el protagonismo, opacado por el gran momento del Talleres forjado por
Amadeo Nuccetelli, y por su eliminación a manos de Racing de Nueva Italia para
el Campeonato Nacional de ese año.
EL PARTIDO FUE LO DE MENOS
La cuestión era volver a disfrutar de Kempes y sentir que
Belgrano, golpeado, todavía era capaz de levantarse. Y vaya si lo hizo.
Después de un primer tiempo equilibrado y sin goles, a los 14 minutos del
segundo tiempo Enrique Viller puso en ventaja a la “B” para delirio de la
multitud. Sin embargo, cuando la victoria parecía cristalizarse, a seis minutos
del final llegó el empate del Valencia, aunque la conquista llegó con
“anestesia” y poco dolor. Es que fue obra de Kempes, el dueño de la tarde, al
que todos fueron a ver.
“Podemos decir que el Valencia ha empezado con buen pie esta
andadura por Argentina, iniciando su breve gira con un resultado aceptable,
sobre todo acaparando la atención de los aficionados. Ni que decir tiene que el
cartel del equipo español es fuerte en Argentina y que los Bonhof, Diarte,
Solsona, Manzanedo y, sobre todo, el gancho de Marito Kempes, son toda una
atracción”, remató el diario español.
Al final, todos salieron contentos. Porque Kempes, eje
central de la reunión, cumplió con su cuota de gol, y porque Belgrano se negó a
jugarla de partenaire y se plantó con autoridad ante su jerarquizado rival. De
alguna manera, se “pirateó” la fiesta.
FUENTE: Diario La voz del Interior / Gustavo Farias (04/12/2015)
FUENTE: Diario La voz del Interior / Gustavo Farias (04/12/2015)
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